El “año nuevo aymara” se formó por iniciativa de jóvenes universitarios
El 21 de junio se celebra “el año
nuevo andino amazónico y chaqueño 5525” en todo el país y festejos similares se
hacen no solo en otros territorios de América latina sino también en Europa,
por medio de grupos de migrantes que la han ido asumiendo y promoviendo. Desde
el 17 de junio del año 2016, mediante el decreto supremo Nº 173, esta fecha ha
sido declarada como feriado nacional en Bolivia y distintas empresas turísticas
ofrecen paquetes para quienes quieren ser parte de esta celebración. Los actos
se realizan no solo en sitios arqueológicos o en localidades rurales, sino
también en las ciudades.
La popularidad que ha ganado esta
celebración y la forma en que es presentada cada año contrasta con lo poco que
se sabe sobre su origen. Por lo general, se la ha posicionado como una práctica
ancestral pero su historia comienza en la segunda mitad del siglo y quienes
fueron sus promotores aún viven y cuentan sus testimonios al respecto. Es el
caso de German Choque Condori (más conocido como Germán Choquehuanca o Inka Wskar Chikiwanka) y Moisés Gutiérrez Rojas, quienes se conocieron
en la UMSA a finales de los años 70 y refundaron la organización Movimiento
Universitario Julián Apaza (UMSA), misma que fue la que promovió la celebración
que hoy se llama “año nuevo andino amazónico y chaqueño”.
Moisés Gutiérrez recuerda que el
MUJA trabajo en un ambiente adverso pues “era una vergüenza reconocerse como
aymaras (…) Era una etapa bastante hostil, bastante adversa” (Entrevista, 15-06-16).
En una de las actividades de dicha organización, debatiendo sobre otras
culturas, salió la idea de que “nosotros como aymaras también tenemos que tener
un año nuevo” (ibíd.).
Moisés Gutiérrez Rojas
Entre 1978 y 1979, German Choque
había elaborado los primeros borradores de un calendario que recién logró
publicar el año 1981 bajo el título de “MARAWATA. Ensayo del calendario
Histórico Indio, 5to Sol 489”, uniendo de dos palabras, una aymara (mara) y
otra quechua (wata), que quieren decir año. La idea de “5to sol” se refiere a
cinco mil años, lo que hasta la fecha es asumid al momento. Gutiérrez
puntualiza como se definió los años a celebrar: “se contabilizaría de que hasta
la llegada de los españoles, digamos, era hasta el año cinco mil, entonces se agregaba sucesivamente”.
En 1979 German Choque visito Tiahuanaco
buscando apoyo a la idea de hacer un año nuevo propio, pero encontró el rechazo
de la gente del lugar. Él lo recuerda así: “cuando conversé sobre esto con los
vecinos ellos cuestionaron e incluso un hermano aymara me llamó diablo y
‘saxra’ y que ellos sólo reconocían el 1 de enero como año nuevo cristiano” (Inka Waskar Chikiwanka, 20-06-01). A pesar de
ello, Choque, junto a otros miembros del MUJA, volvió al lugar al siguiente
año, insistiendo en realizar la celebración. EN 1982, los jóvenes del MUJA regresaron
a Tiahuanaco y lograron su cometido. Germán Choque menciona al respecto:
“portando un par de wiphalas llegamos al pueblo
de Tihuanaco donde preparamos el ritual e invitamos al hermano Rufino Paxi (…) Estuvimos
descalzos y con las palmas de las manos hacia arriba y hablando de todas las
cosas que habíamos hecho y lo que pensábamos hacer, recibimos la fuerza y la
energía de los rayos sagrados del Tata Inti voceando con fuerza y energía
‘Jallalla Mara t’aqa’, ‘Jallalla Machaq Mara’, ‘Jallalla Intiraymi’, ‘Jallalla
Tawantinsuyu’ y otros Jallalla. Luego un par de hermanos cambiaron sus nombres
cristianos por nombres Qollas y otro manifestó que se iba a casar el 21 de
junio”.
German Choque Condori
Había nacido lo que luego se llamaría “Año
Nuevo Aymara”. Hasta el 1985 la celebración se fue realizando entre un reducido
grupo de personas, pero luego “fue distorsionándose por la acción de ciertas
personas que a través del Machaq Mara sólo buscaban fines comerciales
procristianizantes y político partidistas”, asegura Choque, quien ante tal
situación decidió difundir en otros lugares la celebración como Copacabana y
Puno (Perú).
Ya en la segunda mitad de los
años 80, la ceremonia que había nacido por iniciativa de los jóvenes del MUJA
fue siendo apropiada por antropólogos, quienes la fueron redefiniendo, a la vez
que se volvió en una fiesta que fue cobrando las características de la
verbenas.
A mas de tres décadas desde que surgió esta celebración, Gutiérrez recalca el papel de los
jóvenes en la formación de esta celebración: “Esta idea del año nuevo se ha
generado en ámbitos universitarios (…) la gente universitaria de origen aymara
es la que prácticamente ha desarrollado eso”.
Carlos Macusaya Cruz



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